Subida a San Markos... con algunas bajadas

Mikel Albeniz con su trofeo

Mira que me avisó mi mujer cuando salí de casa: ‘No te pierdas’. Y no puedo alegar ignorancia, porque había hecho el recorrido dos semanas antes con Txema Arenzana, Antonio Castro, Esther Estefanía y dos jovencitas; ni que el desvío no estuviera señalizado. Tras pasar el km. 7, en una de las pocas zonas en las que pude correr a gusto, el camino se cortaba. No veía a la chica que me precedía y estaba intentando dejar atrás a dos atletas que me habían machacado en la última bajada. En vez de bajar, que era lo que correspondía, tomé un sendero que subía, estrecho, sin señalizar y donde era imposible correr, hasta el punto de tener que agacharme para sortear dos árboles que lo atravesaban. Me costó un rato darme cuenta de que me había perdido, desandar lo andado y volver al buen camino. Teniendo en cuenta que la carrera eran 11.500 metros bien medidos, mi Garmin, en meta, marcaba 11.925 metros. Es decir, hice 425 metros de más, casi a gatas, en los que calculo que pude perder más de cinco minutos.

Mi primera experiencia en carreras de montaña me confirmó lo que sospechaba: estas carreras se ganan subiendo y ser pierden bajando. Estoy contento de cómo hice las subidas, pero alucinado con lo mal que bajo. Me pasaban como una bala y por todos los lados atletas de toda edad, sexo y condición.

Hablando de la carrera, Mikel Albeniz (51’:33”) ganó con autoridad por delante de Carlos García Redondo (54’:05”) y Angel Macías (55’:09”). Cuarto fue Iñaki Lopetegi (57’:14”) y quinto Alberto Chacón (57’:28”), a quien tuve el gusto de conocer en la meta. Por cierto que la trayectoria de Mikel Albeniz en esta prueba es impresionante. Yo tengo datos desde 2006, cuando ganó en su formato anterior de subida por la carretera, y unos 5,5 kms de distancia. Tercero en 2007, segundo en 2009, primero en 2010 y segundo en 2011. Y ganador ayer en el nuevo formato.

Un nuevo formato que ha conseguido revertir la caída en la participación que se venía produciendo los últimos años. Y eso que tenía que competir con el Medio Maratón de Irún y sufrir las consecuencias de la lluvia caída los días anteriores, que dejó muy embarradas algunas partes del recorrido. La acreditada capacidad organizativa del C.A.R. es un aval para el crecimiento de esta carrera en próximas ediciones.

Los atletas del CAR posando en la salida

No conozco a los especia-listas de este tipo de ca-rreras, así que me detendré en aquellos que sí conozco de la pista, el cross y el asfalto. Como los renteria-nos Oscar Tijero (16º), Javi Ayestarán (25º) y Felicísimo Vicente (33º), justo por delante de Joxean Odriozola, a quien este tipo de compe-ticiones le van como anillo al dedo. También Ibai Saavedra (43º), Antonio Castro (52º), quien antes de la primera bajada apenas me llevaba 50 metros de ventaja,  Txema Arenzana (60º) y Esther Estefanía (89ª) que mejoró de largo el tiempo que hicimos hace dos semanas en un circuito sin nada de barro.

Contando con Esther, participaron 9 mujeres (9,6% de los 94 atletas clasificados), de las que la ganadora fue la jovencísima Olatz Unanue (27ª), seguida de las locales Ana González (49ª) y Amagoia Mitxelena (59ª)

Ha sido una buena experiencia, que no estoy seguro de repetir. Lo mío no es bajar y, además, me pierdo en cualquier sitio.