Casi tres semanas después de correr mi primer maratón
en Valencia, me animo a compartir con vosotros mi experiencia, empujado por la
insistencia de Gabriel Beldarrain, que me ha perseguido estas semanas.
Empezaré con una rápida presentación. Soy de Lazkao,
tengo treinta años y llevo cinco corriendo, después de jugar al fútbol en el
equipo del pueblo.
Después de correr un poco a mi aire los primeros años,
a finales de 2018 contacté con Ramón
Elkoro, para que llevara mi preparación. Como objetivo para este año, un
amigo y yo nos planteamos correr una maratón; siempre he querido hacer una y la
de Valencia estaba cogiendo fama por el clima, el recorrido y el nivel de los
atletas. Así que nos inscribimos.
Antes de ese objetivo, me había apuntado a una maratón
de montaña programado para julio, cerca de mi pueblo natal: la Marimurumendi,
hermana menor de la Ehunmilak.
La primera parte del año, hasta el verano,
estuve centrado en el monte, con un par de carreras de asfalto. En enero corrí
en Idiazabal (12º en 35:32) y en
febrero en Ormaiztegi (3º en 33:30).
Después de correr la maratón de
montaña, descansé hasta finales de agosto y con Ramón Elkoro empecé a plantearme cuál sería el objetivo de Valencia.
Me gustan los retos y me propuse bajar de 2h:35’.
Para la preparación de la maratón de Valencia combiné
trabajo de gimnasio y trabajo de carrera. Después de la maratón de montaña,
tenía muy trabajada la fuerza máxima y la tuve que convertir en resistencia
muscular para tener las piernas más ligeras. Así, para correr en asfalto, me
fue necesario trabajar la musculatura en el gimnasio, con ejercicios de fuerza,
core, uso de elásticos, fitball,
etc. Durante tres semanas, hice trabajo preventivo y las próximas seis, técnica
de carrera dos veces a la semana. Durante toda la preparación he hecho 2-3 días
de gimnasio de media. Las primeras semanas prácticamente todos los días.
En el trabajo de carrera, la
preparación consistía en 14 semanas con cinco fases diferentes, variando
volúmenes e intensidades en cada una de ellas. Lo dividimos de la siguiente
manera:
Fase
|
Semanas
|
Trabajo
|
1
|
1-3
|
Fuerza, técnica y velocidad.
|
2
|
3-6
|
Mantenimiento de la fase 1 + trabajo de eficiencia
aeróbica.
|
3
|
7-9
|
Carga de volumen: entre 100 y 115 km semanales.
|
4
|
10-13
|
Fase de afinamiento. Menos
kilómetros a más intensidad.
|
5
|
14
|
Menos kilómetros. A ritmo de
competición.
|
También decidimos qué
carreras correría como preparación.
En cuanto a compatibilizar la preparación y los
entrenamientos con mi vida personal y laboral, lo más complicado ha sido
encajar las sesiones con los turnos. Las semanas que estoy de noche, me acaba
afectando bastante y no suelo tener las mejores sensaciones. Y cuando estoy de
mañana me suelo levantar a las 04;40h, y esto también me influye en el
rendimiento. De todas formas, cuando tienes un objetivo e ilusión por algo todo
suele ser más fácil, contando, además, con el apoyo de mi familia y mi pareja.
En septiembre empecé con la
planificación. Este mes me centré en entrenar y coger ritmos. A mediados de octubre, corrí la primera
carrera, las 3 Playas de Donostia.
Conseguí hacer un tiempo de 34.33, no con buenas sensaciones, la verdad.
La semana siguiente, corrí la media
maratón de la Bilbao Night Marathon.
Esta carrera me dio mucha moral ya que las sensaciones fueron muy buenas. Hice
1:14:31, llegando 18º, a una media de 3:32/km, mejor de lo que esperaba.
Desde esa carrera a la maratón decidí
correr solo una carrera más, ya que al competir siempre se genera mayor
desgaste muscular. Fue la Carrera de las
Murallas de Pamplona que tiene 15km. Es una carrera rompepiernas, que
acabé 5º en 54:40.
El mes de noviembre, por un
contratiempo, tuve que estar varios días sin correr. Gracias a mi fisio, Jokin Mujika, de Beasain, pude volver
al asfalto.
A medida que se acercaba el 1 de
diciembre, vi que el objetivo propuesto para la maratón era posible, porque iba
sacando buenos entrenamientos, que me daban confianza.
Llegó, al fin, la semana de la
maratón y me centré más en descansar y en hacer una buena carga de hidratos. Un
buen entrenamiento con series de 400 el miércoles, me hizo ir con más confianza
todavía.
Salimos el viernes y llegamos a la
hora de comer a Valencia. Nos alojamos en un apartamento cerca de la salida y
ese mismo día fuimos a la feria del corredor. Allí tuvimos la suerte de
coincidir con Iraitz Arrospide y me
estuvo dando varios consejos, ya que tenía alguna duda con la suplementación durante
la carrera.
El día de la carrera, me levanté a
las 05.00 y a las 5.30 ya estaba desayunando lo de siempre: un zumo de naranja,
un par de tostadas con aguacate y mermelada y un café con bebida vegetal.
Notaba algunos nervios, pero también sabía que llegaba con los deberes hechos.
En la salida los nervios eran más evidentes.
Delante de mi cajón estaban los de dorsal amarillo, que eran los de élite. En
mi caso tenía el verde, que era hasta 2h:38’.
Pistoletazo de salida y empiezo a
coger ritmo. Me meto en un grupo que busca el mismo objetivo que yo; haciendo
con ellos varios kilómetros. Noto el calor y empiezo a hidratarme, algo que no
llevo nada bien. Van pasando los kilómetros y las sensaciones son muy buenas.
Voy algo más rápido de lo previsto, pero decido mantenerme ahí.
A la altura del km. 26, siento que
las piernas van acusando el esfuerzo. Los grupos cada vez son más pequeños y
empiezo a ver gente que se para en las esquinas. Yo sigo a mi ritmo, cuidando
la hidratación y la suplementación. Todo va según lo planeado.
En el km. 30, me meto en otro grupo,
con el que hago varios kilómetros. Ahí es cuando comienza la verdadera maratón.
Hacia el km. 36, empiezo a sufrir y me viene a la cabeza toda esa gente que me
estará siguiendo desde casa: mi pareja, mi familia, Ramón, Ángel... Ellos son
los que me empujan en estos últimos kilómetros.
Cuando apenas me quedan apenas
fuerzas, veo a lo lejos la alfombra azul. Entro en la última recta y,
emocionado, miro el reloj. ¡Voy a bajar de 2:33:00!.
Cruzo la meta y celebro la gran marca
que he conseguido: 2:32:26. ¡Qué momento de felicidad y satisfacción! Mi
primera maratón y me ha salido todo perfecto.
Personalmente, me gustó el recorrido
de la maratón de Valencia. Bastante llano en general, con algún kilómetro que
picaba hacia arriba. Las zonas de animación y el hecho de que toda la ciudad se
vuelque ese día, ayudan mucho. Lo único que eché de menos fue a la gente que me
vino al recuerdo en los últimos kilómetros. Me hubiera gustado verles y oírles
allí, animándome.
Por eso, quiero correr la maratón de
Donostia en 2020. El estar en casa es un aspecto que ayuda y que valoro mucho.
Si le dan un par de vueltas al recorrido, creo que lo pueden hacer mucho más
atractivo. Por lo que he leído están trabajando en ello. A mí me queda seguir
entrenando y haciendo lo que realmente me gusta: correr.
Fiel a todo lo que se propone. Zorionak osaba/anai❤
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