viernes, 20 de diciembre de 2019

David Martín debuta en Valencia: 2:32:26


Casi tres semanas después de correr mi primer maratón en Valencia, me animo a compartir con vosotros mi experiencia, empujado por la insistencia de Gabriel Beldarrain, que me ha perseguido estas semanas.

Empezaré con una rápida presentación. Soy de Lazkao, tengo treinta años y llevo cinco corriendo, después de jugar al fútbol en el equipo del pueblo.

Después de correr un poco a mi aire los primeros años, a finales de 2018 contacté con Ramón Elkoro, para que llevara mi preparación. Como objetivo para este año, un amigo y yo nos planteamos correr una maratón; siempre he querido hacer una y la de Valencia estaba cogiendo fama por el clima, el recorrido y el nivel de los atletas. Así que nos inscribimos.

Antes de ese objetivo, me había apuntado a una maratón de montaña programado para julio, cerca de mi pueblo natal: la Marimurumendi, hermana menor de la Ehunmilak.
La primera parte del año, hasta el verano, estuve centrado en el monte, con un par de carreras de asfalto. En enero corrí en Idiazabal (12º en 35:32) y en febrero en Ormaiztegi (3º en 33:30).

Después de correr la maratón de montaña, descansé hasta finales de agosto y con Ramón Elkoro empecé a plantearme cuál sería el objetivo de Valencia. Me gustan los retos y me propuse bajar de 2h:35’.

Para la preparación de la maratón de Valencia combiné trabajo de gimnasio y trabajo de carrera. Después de la maratón de montaña, tenía muy trabajada la fuerza máxima y la tuve que convertir en resistencia muscular para tener las piernas más ligeras. Así, para correr en asfalto, me fue necesario trabajar la musculatura en el gimnasio, con ejercicios de fuerza, core, uso de elásticos, fitball, etc. Durante tres semanas, hice trabajo preventivo y las próximas seis, técnica de carrera dos veces a la semana. Durante toda la preparación he hecho 2-3 días de gimnasio de media. Las primeras semanas prácticamente todos los días.

En el trabajo de carrera, la preparación consistía en 14 semanas con cinco fases diferentes, variando volúmenes e intensidades en cada una de ellas. Lo dividimos de la siguiente manera:

Fase
Semanas
Trabajo
 1
1-3
 Fuerza, técnica y velocidad.
2
3-6
 Mantenimiento de la fase 1 + trabajo de eficiencia aeróbica.
3
7-9
 Carga de volumen: entre 100 y 115 km semanales.
4
10-13
 Fase de afinamiento. Menos kilómetros a más intensidad.
 5
14
 Menos kilómetros. A ritmo de competición.

También decidimos qué carreras correría como preparación.

En cuanto a compatibilizar la preparación y los entrenamientos con mi vida personal y laboral, lo más complicado ha sido encajar las sesiones con los turnos. Las semanas que estoy de noche, me acaba afectando bastante y no suelo tener las mejores sensaciones. Y cuando estoy de mañana me suelo levantar a las 04;40h, y esto también me influye en el rendimiento. De todas formas, cuando tienes un objetivo e ilusión por algo todo suele ser más fácil, contando, además, con el apoyo de mi familia y mi pareja.

En septiembre empecé con la planificación. Este mes me centré en entrenar y coger ritmos.  A mediados de octubre, corrí la primera carrera, las 3 Playas de Donostia. Conseguí hacer un tiempo de 34.33, no con buenas sensaciones, la verdad.

La semana siguiente, corrí la media maratón de la Bilbao Night Marathon. Esta carrera me dio mucha moral ya que las sensaciones fueron muy buenas. Hice 1:14:31, llegando 18º, a una media de 3:32/km, mejor de lo que esperaba. ​
Desde esa carrera a la maratón decidí correr solo una carrera más, ya que al competir siempre se genera mayor desgaste muscular. Fue la Carrera de las Murallas de Pamplona que tiene 15km. ​Es una carrera rompepiernas, que acabé 5º en 54:40.

El mes de noviembre, por un contratiempo, tuve que estar varios días sin correr. Gracias a mi fisio, Jokin Mujika, de Beasain, pude volver al asfalto.

A medida que se acercaba el 1 de diciembre, vi que el objetivo propuesto para la maratón era posible, porque iba sacando buenos entrenamientos, que me daban confianza.

Llegó, al fin, la semana de la maratón y me centré más en descansar y en hacer una buena carga de hidratos. Un buen entrenamiento con series de 400 el miércoles, me hizo ir con más confianza todavía.

Salimos el viernes y llegamos a la hora de comer a Valencia. Nos alojamos en un apartamento cerca de la salida y ese mismo día fuimos a la feria del corredor. Allí tuvimos la suerte de coincidir con Iraitz Arrospide y me estuvo dando varios consejos, ya que tenía alguna duda con la suplementación durante la carrera.​
El día de la carrera, me levanté a las 05.00 y a las 5.30 ya estaba desayunando lo de siempre: un zumo de naranja, un par de tostadas con aguacate y mermelada y un café con bebida vegetal. Notaba algunos nervios, pero también sabía que llegaba con los deberes hechos.​
En la salida los nervios eran más evidentes. Delante de mi cajón estaban los de dorsal amarillo, que eran los de élite. En mi caso tenía el verde, que era hasta 2h:38’.​
Pistoletazo de salida y empiezo a coger ritmo. Me meto en un grupo que busca el mismo objetivo que yo; haciendo con ellos varios kilómetros. Noto el calor y empiezo a hidratarme, algo que no llevo nada bien. Van pasando los kilómetros y las sensaciones son muy buenas. Voy algo más rápido de lo previsto, pero decido mantenerme ahí.​

A la altura del km. 26, siento que las piernas van acusando el esfuerzo. Los grupos cada vez son más pequeños y empiezo a ver gente que se para en las esquinas. Yo sigo a mi ritmo, cuidando la hidratación y la suplementación. Todo va según lo planeado.  
En el km. 30, me meto en otro grupo, con el que hago varios kilómetros. Ahí es cuando comienza la verdadera maratón. Hacia el km. 36, empiezo a sufrir y me viene a la cabeza toda esa gente que me estará siguiendo desde casa: mi pareja, mi familia, Ramón, Ángel... Ellos son los que me empujan en estos últimos kilómetros.
Cuando apenas me quedan apenas fuerzas, veo a lo lejos la alfombra azul. Entro en la última recta y, emocionado, miro el reloj. ¡Voy a bajar de 2:33:00!.

Cruzo la meta y celebro la gran marca que he conseguido: 2:32:26. ¡Qué momento de felicidad y satisfacción! Mi primera maratón y me ha salido todo perfecto.

Nada más acabar, fui a grabar la medalla y después a comer una buena paella valenciana.​
Personalmente, me gustó el recorrido de la maratón de Valencia. Bastante llano en general, con algún kilómetro que picaba hacia arriba. Las zonas de animación y el hecho de que toda la ciudad se vuelque ese día, ayudan mucho. Lo único que eché de menos fue a la gente que me vino al recuerdo en los últimos kilómetros. Me hubiera gustado verles y oírles allí, animándome.

Por eso, quiero correr la maratón de Donostia en 2020. El estar en casa es un aspecto que ayuda y que valoro mucho. Si le dan un par de vueltas al recorrido, creo que lo pueden hacer mucho más atractivo. Por lo que he leído están trabajando en ello. A mí me queda seguir entrenando y haciendo lo que realmente me gusta: correr.

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