La orientación al cliente es un pilar básico en cualquier modelo de gestión empresarial o institucional. Se puede definir de muchas formas, empezando por la que hace la European Foundation for Quality Management (EFQM), que habla de Añadir valor para los clientes: 'Definir y comunicar con claridad la propuesta de valor y la participación activa de los clientes en los procesos de diseño del producto y del servicio.'
Creo que, en nuestro papel de clientes de productos y servicios, tendríamos un amplísimo consenso si pensamos que somos el árbitro que define la calidad del producto o servicio que estamos pagando con nuestro dinero.
Si nos ponemos en el rol del proveedor de esos productos o servicios, parece razonable pensar que necesitamos conocer las necesidades y expectativas de nuestros clientes potenciales para poder ofrecerles lo que están buscando y hasta sorprenderles positivamente.
A mi modo de ver, Donostia Kirola, antes conocida como Patronato Municipal de los Deportes, ignora esos principios. A sus usuarios, a quienes pagamos la cuota anual de la Kirol Txartela (382,50 € año la familiar para dos personas), no nos considera clientes.
Hoy 20 de enero, día de San Sebastián, festivo y, por lo tanto, adecuado para la práctica deportiva, al disponer de más tiempo que en una jornada laboral, todas las instalaciones: polideportivos, piscinas, pistas, etc. han permanecido cerradas. Además, este año 2022, como el pasado 2021, se han suspendido todas las Tamborradas, salvo la infantil y 'de aquella manera'. ¿Qué alternativa nos dejan a los ciudadanos que queremos hacer deporte?
Incluso en el caso de que hubiera Tamborradas, yo, nacido en un caserío de Rentería y residente en Donostia desde 1986, y decenas de miles de conciudadanos a quienes nada nos dicen los tambores, los barriles, los himnos y los desfiles, creo/creemos tener el derecho de una alternativa de ocio -que para mí es, en buena medida, hacer deporte- distinta de participar activa o pasivamente (y de sol a sol) de la fiesta (este año y el pasado inexistente), que respeto, entre otras buenas razones porque mi mujer y mis dos hijos salen en distintas tamborradas.
Pues no. Hoy no he podido ir a la piscina, como voy cada día, especialmente si es festivo, ni a las pistas de Anoeta. Y me he ido a Zarautz a pasar el día.
Ya de vuelta en casa, me han entrado las ganas de compartir con vosotros mi decepción.
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