El sábado os hablaba de Relatos salvajes, una peli que os recomiendo. Y esta mañana, en Sinergyum, le revista mensual de la consultora Sinergos, he leído El cuento del hijo del ferretero:
Llegó el día en que pudo controlar su carácter durante todo el día.
Después de informar a su padre, éste le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter.
Los días pasaron y el joven pudo finalmente anunciar a su padre que no quedaban más clavos que retirar de la puerta. Su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta.
Le dijo: “Has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos agujeros en la puerta, nunca más será la misma. Cada vez que tú pierdes la paciencia dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves.”
Así que mucho ojo con perder la paciencia y/o el control, porque luego pasa lo que pasa.
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