Ryan Crouser, un coloso de 2.01 de estatura y 132 kilos de peso, con un lanzamiento de 22.52 que es record olímpico de peso, se ha impuesto con claridad a todos sus rivales. Para que nos hagamos una idea de su concurso, ha lanzado tres veces por encima de 22 metros y la media de sus seis lanzamientos ha sido de 21.97. Se ha puesto en cabeza en su segundo tiro (22.22), en el tercero se ha ido a 22.26 y en el quinto a esos fantásticos 22.52, a 60 cms. del record mundial de Randy Barnes (23.12) de 1990. Venía con la segunda mejor marca del año (22.11) y la ha mejorado en tres ocasiones. Tiene sólo 23 años.
Quien venía con la mejor marca del año (22.13) era Joe Kovacs (28 años), un clásico, con una MMP de 22.56 conseguida el año pasado y primero en el Mundial de la IAAF de Beijing 2015. En su primer intento ha lanzado 21.78, poniéndose en cabeza, que ha perdido en el segundo de Ryan Crouser. Ahí se ha quedado, con la medalla de plata.
El neozelandés Tomas Walsh (24 años), cuarto el año pasado en el Mundial de la IAAF de Beijing, ha subido un peldaño, colgándose la medalla de bronce, al lanzar la bala, en su quinto intento, a 21.36. Hasta entonces era cuarto.
El congoleño Franck Elemba ha sido cuarto con 21.20, record nacional, conseguido en su primer intento, que le daba la segunda plaza, que ha ido perdiendo a medida que avanzaba el concurso.
El doble campeón olímpico (Beijing 2008 y Londres 2012) Tomasz Majeswski, que cumplirá 35 años en 30 de agosto, sólo ha podido ser sexto con 20.72.
Y ese gran competidor que es el alemán David Storl, segundo en el Mundial de la IAAF de Beijing 2015, primero en Moscú 2013 y Daegu 2011 y subcampeón olímpico en Londres 2012, sólo ha sido séptimo con 20.64.
Otra vez, un gran concurso.
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