Por varias y sólidas razones, tengo un aprecio especial por el Memorial Josetxo Imaz, que el domingo celebró su edición XXIII saliendo, como corresponde cada tres años, de Beasain.
La primera por el propio Josetxo Imaz, un tipo entrañable y entregado al atletismo, fallecido en un trágico accidente. También por la excelente organización y el recorrido, que discurre por Ordizia, Beasain y Lazkao, que sin ser completamente llano, tiene un trazado muy atractivo y hasta divertido, que permite conseguir muy buenas marcas.
Sin olvidar que, en 2020, en plena paranoia el Covid, fue la única prueba que se atrevió con una organización complejísima, salvando todos los obstáculos que les pusieron.
Es, para mí, una de las mejores carreras populares que se celebran en Euskadi,
Por eso, me entristece ver que el domingo se clasificaron 233 corredores (202 hombres y 31 mujeres), la cifra más baja de todas las ediciones celebradas, incluida la de 2020.
Ganó Martín Amilibia (Zumaia) -en la foto- por delante del navarro Mikel Etxamendi y el azkoitiarra Marcos Zaldibia.
Itziar Ibarbia (Alkiza) fue la primera de las 31 mujeres clasificadas, por delante de la veterana Lourdes Colomo (Zizurkil) y Marina Arsuaga (Villabona).
En la clasificación que sigue podemos observar que, además de haber menos corredores, también echamos en falta a muchos de los habituales de los primeros puestos de ésta y otras carreras.
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