Nunca he celebrado una derrota de la Real Sociedad y sin embargo, ayer, celebré la victoria del Eibar en su estreno en la Primera División.
Estreno soñado y previsible si atendemos a las características y la trayectoria de los dos equipos. Estoy seguro de que si le hubieran dado a elegir a Gaizka Garitano un equipo para ese estreno, hubiera elegido a la Real.
Sí, ya sé que 'fútbol es fútbol', que 'no hay enemigo pequeño' y mil tópicos más que podríamos enumerar para justificar la derrota de un equipo cuyo presupuesto multiplica por ocho el del Eibar, cuyo estadio multiplica por seis la capacidad y cuyo cuidad multiplica por siete el censo de la villa armera.
Quizá fuera más sencillo buscar las causas en que el Eibar es un equipo que juega a lo que sabe y sabe a lo que juega, mientras que a la Real, un equipo cada vez más ñoñostiarra, '...le han faltado secuencias más largas de juego...', como acabo de escuchar en la radio a su entrenador, que cada vez me recuerda más a...
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