San Roke Igoera

Josu Erkuzia, Pedro José Hernández e Imanol Rojo

El bombero cacereño, Pedró José Hernández, especialista en carreras de montaña, está haciendo el agosto –y de verdad- en las vacaciones que está disfrutando entre nosotros. Si el día 3 ganaba con autoridad en Oiartzun, el pasado viernes se imponía con la misma autoridad en la Subida a San Roke de Andoian, por delante del olímpico Imanol Rojo (esquí de fondo), ganador el año pasado, y el también especialista Josu Erkizia, recién llegado del Aneto. En el cuadro de abajo tenéis los 15 primeros clasificados, entre los que están Jaime Real (12º) y Elena Loyo (13ª), de Muguia, primera de las 13 mujeres clasificadas y también especialista en este tipo de pruebas.

Atleta		Tiempo
1	Pedro Jose Hernandez Sanchez	26,31
2	Imanol Rojo	27,35
3	Josu Erkizia	28,46
4	Iñaki Martiarena	29,12
5	Jon Iturralde	30,03
6	Ibai Etxebarria	30,23
7	Aitor Zudaire	30,25
8	Alberto Mella	30,25
9	Xabier Satrustegi	30,38
10	Asier Arregi	30,40
11	Jon Ugalde	30,43
12	Jaime Real	31,07
13	Elena Loyo	31,18
14	Xabier Almorza	31,42
15	Mikel Eguren	31,43

El local Asier Garitao-nandía, en la foto, se clasificaba en el puesto 21º en 33':17" y el siempre elegante Mitxel Cuadra-do debutaba en la prueba en el puesto 28º (34':09"), por delante de Nerea Amilibia, segunda mujer clasificada, 30ª en 34':42", que estaba en su terreno. Olatz Odriozo-la (33ª en 34':59") comple-taba el podium femenino.

Ivan García, después de currar todo el día y acostarse a las 3:30, era capaz de llegar en el puesto 42º, 1':38" antes que yo (46º) que marcaba un tiempo de 37':54" para recorrer los 6.170 metros del durísimo trazado de la prueba.

En los puestos 98º y 99º cerraban la carrera dos clásicos: Idoia Esnaola y Juan Mari Aldanondo, que presumía de haber hecho todo recorrido corriendo, a su ritmo, pero sin andar ni un solo momento. No puedo decir lo mismo porque media docena de veces tuve que poner pie a tierra para seguir avanzando.

Con Iván García, el ganador, Asier y Jaime Real

Cuando me apunté, no esperaba encontrarme con una carrera de montaña, que es lo que es esta prueba, magníficamente organizada, con el trazado perfectamente señalizado, los kilómetros bien mar-cados y medidos, clasificaciones al momento, y una atención exquisita a los atletas, agasajados en la cima con un amaiketako completísimo, con premios -algunos magníficos- para todos, una botella de sidra y un hamabitako, tras bajar de San Roke, con el que uno se iba prácticamente comido a casa.

Como propuesta de mejora, creo que se podrían eliminar las dos primeras vueltas, con algunas zonas peligrosas y un par de bajadas muy traicioneras.

No es el tipo de carreras que me van, pero ya la he apuntado en mi agenda para el año que viene. Corred la voz.