El pasado 6 de julio os contaba la boda de Eva y Xavi a la que asistimos en Barcelona y esta semana nos han visitado. De visitas anteriores, Eva ya conocía la cuidad, pero para Xavi era la primera vez. El tiempo les/nos ha acom-pañado y han disfrutado de una agradable estancia.
Uno de los objetivos de su visita era conocer los lugares donde se rodó 8 apellidos vascos, que vieron en Barcelona y les encantó. Atendiendo sus deseos, el jueves a la tarde estuvimos en Zumaia y el viernes, después de la tormenta, nos acercamos a Leitza.
En Zumaia comenzamos por la ermita de San Telmo, entre varias decenas de turistas, que no dejaban de fotografiarla por todas partes, mientras se asombraban de los acantilados del flysh. Nos acercamos a la punta de Algorri, disfrutando de una tarde magnífica, con la playa de Itzurun abarrotada. Callejeamos por el pueblo, entramos en la iglesia de San Pedro y terminamos en esa plaza que tiene un sabor especial.
El viernes, nuestra llegada a Leitza coincidió con un chaparrón, afortunadamen-te breve, que refrescó el ambiente de un pueblo que vivía la víspera de sus fiestas patronales, con la plaza vallada para las vaquillas, sus accesos para el encierro y engalanada con toda clase de pancartas reivindicativas de la iz-quierda abertzale. En el contexto actual y para dos jóvenes turistas, parecían formar parte del decorado de la peli. Vimos el frontón, visitamos el lavadero, la casa de Amaia, tomamos unas cañas en la herriko taberna y coincidimos con la salida de un funeral, mientras escuchábamos: 'haeuk ere atzerritarrak dira'. 'Bai, donostiarrak', les contestó mi mujer. Concluimos la visita en la carnicería de Iñaki Perurena, donde compramos una carne espectacular que degustamos ayer. Esta vez había menos turistas que en Zumaia, pero en la carnicería nos aseguraron que los recibían a diario.
Eva y Xavi se fueron encantados, con cientos de fotos en sus móviles y con una imagen amable de Euskadi, sus paisajes y sus gentes.
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