Seis profesionales cuyas edades oscilan entre los 26 y
los 37 años, que trabajan en sectores muy diferentes, como el ámbito académico,
la comunicación o la consultoría y firman como Politikon, han publicado
La urna rota. La crisis
política e institucional del modelo español, un ensayo que en
apenas 200 páginas, repasa los problemas de la política y de la clase política
española, proponiendo algunas soluciones muy abiertas pero que, como ellos
argumentan, no son un recetario, sino poner a disposición del lector sus
conocimientos en ciencias sociales.
Publicado en mayo de este año, justo antes de las elecciones europeas, anticipa, sin citarlas, la aparición de alternativas
como Podemos y advierte del peligro de organizaciones minoritarias, pero muy
bien organizadas, cuyo único objetivo es alcanzar el poder. Es un ensayo de
lectura fácil, que ayuda a entender cómo funcionan las instituciones y los
partidos políticos.
Dedican la primera parte del libro a hacer un
diagnóstico básico de las principales deficiencias institucionales de España:
partidos y élites mediocres, el sistema electoral, la corrupción y la falta de
control, agravados por la burbuja
inmobiliaria.
En la segunda parte, ofrecen un abanico de posibles
soluciones, que van desde cambiar las élites y los procesos de selección dentro
de los partidos, hasta reformas de la ley electoral, mayor transparencia y
control de la corrupción y una mayor implicación de la sociedad civil, con
políticas públicas basadas en evidencias.
Cuestionan que exista algo que se pueda identificar con
un ‘interés general’, toda vez que cualquier sociedad, por su propia naturaleza,
es plural, compleja y conflictual, es decir, fuente de conflictos. Ningún
sistema político sirve para construir consensos allí donde no existen; por lo
que se trata de buscar soluciones entre las diversas alternativas, muchas veces
antagónicas.
Defienden la democracia representativa contra sistemas
en los que mayorías simples o minorías extremistas urtraorganizadas puedan imponer su
agenda política y sus ideario a todos los ciudadanos.
Terminan con un mensaje optimista. Las instituciones
pueden cambiarse si los ciudadanos así lo queremos. Y podemos tener líderes
distintos, con competencias y comportamientos diferentes a los que
conocemos.
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